Argentina resolvió un partido “Bravo”: las razones del 1-0 a Chile en la Copa América

La Argentina que resuelve sigue su marcha en la Copa América. Y lo hace ganando pese a las circunstancias y no según las circunstancias. Con Lionel Messi lesionado, con un arquero adversario (Claudio Bravo) en un nivel superlativo y con un trámite áspero, la selección logró lo que necesitaba: una victoria sobre Chile que le permita meterse en cuartos de final. Lautaro Martínez, a los 43 del ST, estampó la merecida ventaja. La que le permite a los conducidos por Lionel Scaloni llegar al cierre del Grupo A, el sábado a las 21 ante Perú, sólo con la “obligación” de definir en qué posición terminará la fase.

La actualidad de Argentina sigue siendo de ensueño: campeón vigente de la Copa América, campeón del mundo en Qatar y dueño de números sólidos bajo el mandato de Scaloni: 52 triunfos, 15 empate y apenas seis derrotas. Y, además, con Messi agigantando su leyenda: 184 partidos y 108 goles vestido de celeste y blanco. Y todo “eso” estadístico sirve para darle sustento a una verdad: Argentina está absolutamente lista para sufrir lo que haya que sufrir en pos de su anhelo: conseguir otro título.

El resumen de la TV de Argentina 1-Chile 0

Fue durísimo

Como es habitual en la gestión de Scaloni, hubo variantes en el equipo de un partido a otro. Respecto al conjunto que se impuso a Canadá, salieron Ángel Di María, Leandro Paredes y Marcos Acuña para darle lugar a Nicolás González, Enzo Fernández y Nicolas Tagliafico, respectivamente.

Con Enzo en el equipo, Alexis MacAllister fue el “5″ en un esquema 4-4-2 súper flexible. Y a esa flexibilidad la daba González, un todoterreno por la izquierda que, en el primer mano a mano, ganó y sacó un centro atrás que Julián Álvarez no pudo aprovechar. González era el que ajustaba el sistema entre un 4-4-2 y un 4-3-3. ¿Y Messi? Libre, como siempre, pero afectado en su pierna derecha, al punto de pedir asistencia médica a los 24 minutos. A esa altura y pese a que Messi no estaba pleno físicamente ni conectado al partido, el trámite era favorable a Argentina, que ganaba metros en el campo chileno.

Messi recién dijo presente a los 35, con un zurdazo lejano que dio en el poste izquierdo de Claudio Bravo.

Argentina merecía el 1-0 a esa altura y, por poco, la ventaja no se estableció en una jugada de gol en contra propiciada por un centro venenoso de Nahuel Molina que estuvo “ahí” de meter en su propio arco el defensor Erick Pulgar.

La selección asfixió a Chile. Le quitó la pelota y las chances de contragolpe. Aunque quedar mano a mano fue imposible, la mayoría de las veces que llegó con peligro fue a través de remates desde lejos.

Esa dinámica, la de patear de lejos, cambió en el inicio del complemento cuando Messi dejó mano a mano a Nahuel Molina ante Bravo, que tapó el arquero. El mismo Bravo alcanzó a tocar un bombazo de González, que terminó rebotando en el travesaño.

Claro que Chile hizo los ajustes para volver a alejar a Argentina del arco de Bravo y lo logró. Tanto que Scaloni debió apelar a Giovani Lo Celso, Ángel Di María y Lautaro Martínez para darle otro matiz al ataque y encontrar variantes para llegar al gol.

Mientras, los conducidos por Ricardo Gareca soñaron con dos remates lejanos de Rodrigo Echeverría, que se toparon con respuestas solventes de “Dibu” Martínez.

Los últimos minutos del partido fueron poco lúcidos para el ataque argentino. Messi estaba exhausto y Di María no podía desequilibrar. Por lo que el gol no iba a llegar con lirismo: se iba a dar como se dio, de un rebote de una pelota parada y con la fuerza y el coraje de un referente en esas virtudes, el gran Lautaro Martínez.

​La Argentina que resuelve sigue su marcha en la Copa América. Y lo hace ganando pese a las circunstancias y no según las circunstancias. Con Lionel Messi lesionado, con un arquero adversario (Claudio Bravo) en un nivel superlativo y con un trámite áspero, la selección logró lo que necesitaba: una victoria sobre Chile que le permita meterse en cuartos de final. Lautaro Martínez, a los 43 del ST, estampó la merecida ventaja. La que le permite a los conducidos por Lionel Scaloni llegar al cierre del Grupo A, el sábado a las 21 ante Perú, sólo con la “obligación” de definir en qué posición terminará la fase. La actualidad de Argentina sigue siendo de ensueño: campeón vigente de la Copa América, campeón del mundo en Qatar y dueño de números sólidos bajo el mandato de Scaloni: 52 triunfos, 15 empate y apenas seis derrotas. Y, además, con Messi agigantando su leyenda: 184 partidos y 108 goles vestido de celeste y blanco. Y todo “eso” estadístico sirve para darle sustento a una verdad: Argentina está absolutamente lista para sufrir lo que haya que sufrir en pos de su anhelo: conseguir otro título. El resumen de la TV de Argentina 1-Chile 0Fue durísimoComo es habitual en la gestión de Scaloni, hubo variantes en el equipo de un partido a otro. Respecto al conjunto que se impuso a Canadá, salieron Ángel Di María, Leandro Paredes y Marcos Acuña para darle lugar a Nicolás González, Enzo Fernández y Nicolas Tagliafico, respectivamente. Con Enzo en el equipo, Alexis MacAllister fue el “5″ en un esquema 4-4-2 súper flexible. Y a esa flexibilidad la daba González, un todoterreno por la izquierda que, en el primer mano a mano, ganó y sacó un centro atrás que Julián Álvarez no pudo aprovechar. González era el que ajustaba el sistema entre un 4-4-2 y un 4-3-3. ¿Y Messi? Libre, como siempre, pero afectado en su pierna derecha, al punto de pedir asistencia médica a los 24 minutos. A esa altura y pese a que Messi no estaba pleno físicamente ni conectado al partido, el trámite era favorable a Argentina, que ganaba metros en el campo chileno. Messi recién dijo presente a los 35, con un zurdazo lejano que dio en el poste izquierdo de Claudio Bravo. Argentina merecía el 1-0 a esa altura y, por poco, la ventaja no se estableció en una jugada de gol en contra propiciada por un centro venenoso de Nahuel Molina que estuvo “ahí” de meter en su propio arco el defensor Erick Pulgar. La selección asfixió a Chile. Le quitó la pelota y las chances de contragolpe. Aunque quedar mano a mano fue imposible, la mayoría de las veces que llegó con peligro fue a través de remates desde lejos. Esa dinámica, la de patear de lejos, cambió en el inicio del complemento cuando Messi dejó mano a mano a Nahuel Molina ante Bravo, que tapó el arquero. El mismo Bravo alcanzó a tocar un bombazo de González, que terminó rebotando en el travesaño.Claro que Chile hizo los ajustes para volver a alejar a Argentina del arco de Bravo y lo logró. Tanto que Scaloni debió apelar a Giovani Lo Celso, Ángel Di María y Lautaro Martínez para darle otro matiz al ataque y encontrar variantes para llegar al gol. Mientras, los conducidos por Ricardo Gareca soñaron con dos remates lejanos de Rodrigo Echeverría, que se toparon con respuestas solventes de “Dibu” Martínez. Los últimos minutos del partido fueron poco lúcidos para el ataque argentino. Messi estaba exhausto y Di María no podía desequilibrar. Por lo que el gol no iba a llegar con lirismo: se iba a dar como se dio, de un rebote de una pelota parada y con la fuerza y el coraje de un referente en esas virtudes, el gran Lautaro Martínez.   La Voz

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